domingo, 21 de noviembre de 2010

Y salí a fumar.

Y tambien a meditar. Atravesé el umbral que daba al porche, y con la parsimonia de un monje budista, saqué de mi bolsillo la arrugada cajetilla de cigarrillos chesterfield, y el desgastado y azul mechero. Era tarde, muy tarde, y entre los retazos de deshechas nubes tormentosas timidamente se asomaba la blanquecina y fría luna llena, en su explendor invernal. Prendí el mechero y lo aproximé al cigarro que ya se sujetaba entre mis labios. El tabaco, al hacer contacto con el encendedor, empezó a arder con voluptuosidad para luego transformarse en jirones de humo.
Había un silencio sepulcral, casi como el que se siente al entrar en algunos edificios de gran majestuosidad, tales como catedrales u olvidados palacios de otras explendorosas épocas. Por ello, el crepitar del papel al verse consumido por mis
largas caladas sonaba casi como la percusión tribal de algunas tribus abandonadas por el tiempo y el espacio.
Mientras todo esto tenía lugar, este costumbrista acontecimiento que se produce incontables veces a lo largo del transcurso del día, yo tenía la cabeza posada sobre un maravilloso recuerdo. Un rostro, hermoso y enigmatico, me turbaba constantemente. Sus labios, carnosos y suaves, me venían a la cabeza de nuevo, unos labios en los que cada noche posaba los mios, para despertarme de nuevo y darme cuenta que tan solo era un sueño demasiado real. Sus ojos, oscuros, grandes y profundos, me arrastraban consigo como un potente agujero negro, y a la vez me cegaban con la potencia de un quásar. Su pelo, ah, su pelo. Una nebulosa en formacion, una tormenta en medio del atlántico, ¿Como describirlo?. Su piel, bronceada y lisa, poseedora de una belleza exótica.
Todo este caótico conjunto, ordenado con la perfección de la medida aurea, multiplicaba exponencalmente la atracción que sentia hacia ella. Era como una musa platónica, algo tengible pero a la vez de ascendencia divina, algo que es mejor no tocar por miedo a intervenir en tan perfecta composición.
Mientras componía estas quimeras en mi cabeza, el cigarrillo terminó por consumirse. Arrojé la colilla a un lado, y volví a entrar con una sonrisa de oreja a oreja, como un niño cuando le regalan una bici nueva.
Cerré la puerta, y miré la hora. El jardín de las delicias me esperaba perdido en los dominios de Morfeo.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Y mírate.

No lo ves? Eres una caricatura, un esbozo, una parodia de lo que un dia fuiste, un pedazo de barro despojadod e toda forma, un peluche sin su relleno.
Lo quieres ver? Lo quieres ver o no? Ya no eres mas que un títere de lo que siempre quisiste ser.
Nada. No eres nada. Te muestras valiente, sin complejos y fuerte ante los demas, pero estas deshecho. Eres irrecuperable, una pieza de porcelana única rota en mil pedazos.
Ese eres tu, un error en la vida de los demas.
*Monólogo con un espejo*

domingo, 14 de noviembre de 2010

Y es en esos momentos...

Es cuando la inspiración brota a flor de piel. Son los momentos menos idoneos, pero los mas inconmensurablemente bellos. Ocurren en el lugar menos oportuno, justo cuando no llevas una superficie donde plasmarlo. Puede ocurrir mientras caminas, solo, con tus pensamientos como única compañía, mientras fumas un cigarro mirando a la ventana, hacia la jungla de cristaleras y hierro que te rodea, cuando sientes el fervor de la música recorriendo hasta la última parte de tu ser. En cualquier momento, y lugar. Puede ser una nimiedad, o toda la historia de una vida. Puede ser algo verdaderamente innovador, o tan solo un motivo cómico.
Puede ser todo, puede no ser nada.
Puede ser que tan solo haya sido una ilusión y esa falsa inspiración sea producto de la decepción continua, y tan solo sea una evasión alusiva.
O puede que se haya borrado de un plumazo de tu mente.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Y la incertidumbre creció.

Mas, y mas, ya es demasiado, ya no se qué hacer, que pensar, como dirigir mi vida, catalizandola a algo mejor. No se que voy a hacer donde estoy, ni que motivaciones tengo para hacerlo.
Se destilan de mis pensamientos espirituosas ideas de gloria y magnanimidad, fantasmas de sueños megalómanos venidos a menos. Y es que muchas de mis erradas ideas nunca han estado tan acertadas en nada.
Sigue creciendo ahí dentro un mostruo descarnado, amorfo y mas oscuro que el mismísimo abismo, una bestia hecha a partir de dudas, temores, indecisiones, añoranzas, tristeza y sufrimiento. Una bestia que cada vez se hace mas grande, y que me consume como las termitas lo hacen con la madera, hasta solo dejar de mi una carcasa vacía y llena de eterno polvo.
Algun dia llegaras a ser realmente honesto contigo y con los demás? No lo se, espero que sea asi, espero poder destapar la sinceridad de mi voz antes de que una daga me saje la garganta, y pierda las pocas fuerzas que tengo.
Aunque por ahora solo los mas eruditos de entre los verdaderamente locos saben de lo que hablo, ya que mis palabras son portadoras de la bendición del silencio.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Y el cielo estaba hoy nublado.



Y los matices amarillentos, grisáceos y azulados de la bóveda celeste me cautivaron por completo. Un día de reflexión, de ocio, de tranquilidad,y una extraña sensación de paz antes de la fastuosa tempestad me sobrecogió. Mi atontada mente pugnaba por huir de tal estado de aletargamiento crónico, pero mi encarnación física se mostraba cómoda con la situación.
Es hora de dejar de mirar a las nubes y pensar en volar, dejar de soñar con alzarse a mas de seis mil pies del suelo para luego volver a caer, cual Ícaro presa de su terquedad al intentar alcanzar el gran carro de fuego. Hora de buscar la única verdad en los pequeños gestos, aquellos que de verdad si valen la pena.
Y es que pocas cosas en esta vida son cruciales para nuestra existencia, aunque para las pocas que son, realmente se vuelven imprescindibles.
Una de ellas es tener`una meta. Yo no tengo meta. No tengo camino, por lo tanto. Aun busco la meta que realmente quiero alcanzar. Aun sigo, dubitativo debanandome los sesos para saber que camino he de escoger, o como lo he de labrar.
Pero sigo hipnotizado, pese a todo, por los suaves tonos de luz de esta tarde nublada, sigo viendo sueños caer como cometas a la tierra, sigo viendo luz entre toda esa niebla.
Esta noche, cuando las sombras se ciernan por completo al fin, buscaré algun sueño caído del cielo. Y ese fugaz meteoro sera mi meta.

Y nadie cambia.

O eso dicen algunos que se niegan a escuchar la irrefutable verdad del peso del destino. No, no, no. Se obcecan en decir, luchando por conservar su estilo de vida como un aborigen defiende su aldea en la jungla de la deforestación masiva engrandecida por el espíritu emprendedor. A veces no se puede luchar contra algo tan grande como es el inexorable paso del tiempo, la experiencia acumulada, los nuevos conocimientos y los baches que continuamente surgen en nuestras andanzas a través de la vida. Hay que buscar una manera de conservar lo que te reporta un constante cambio evolutivo, hacer una retrospectiva del largometrage de la vida y tan solo guardar las tomas realmente excepcionales.
La negación conlleva a encallar, fallar, sufrir mas de lo debido y frustrarse. Vive, disfruta e intenta ser feliz ante todo. Ayuda a los que te rodean, no les hieras, o al menos inténtalo, ya que si no lo lamentarás por mucho tiempo, si realmente vale la pena. Continua, reempreende y siente. Que no te de miedo lo que hay ahí fuera, todo un mundo de verdades indiscutibles guardan las puertas a la magnificente alegría.
Y no lo enturbies, intenta no envenenarte con tus propios fluídos y acabar ahogado en tu propio vómito, hecho de frustración y rabia a partes iguales. No cedas a la desidia, al autopresidio al que eliges someterte por no querer ser tu mismo.
Ve y se feliz. Por que es lo único que realmente vale la pena en este mundo.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Y todo era una mentira.

Escrita en un papel que me tragué y arraigo en lo mas oscuro de mis entrañas. Y obedecí, y creí, y tuve esperanzas. Pero no era mas que eso, una vana mentira. Lo vomité todo, y el resentimiento y la resaca me llevaron al arrepentimiento final.
Pero ya era libre. Libre de represalias por acto cualquiera, libre de ir y hacer lo que me apeteciese.
Libre de poder escuchar, ver y saber discernir la ilusion de lo tangible.
Libre de llenarme de amargas falsas esperanzas provocadas por el descontrol de la cordura infinita, libre del yugo.
Por fin se cierra un capítulo largo y tempestuoso de esta imperfecta vida que intento sobrellevar. Y hay alguien que no volvera a reaparecer en los especiales de navidad.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Y hoy fue un dia mas.

Y las cosas siguieron su curso. El reloj no se detuvo, el mundo nunca estuvo al borde de su total destrucción en el dia de hoy. Todo fué exactamente como debía ir. Todos los engranajes, engrasados y en buen estado, giraron y giraron hasta el final, sonando como un quejumbroso titán de acero. Y aún siguen ahi, minuto a minuto, segundo a segundo, hasta que vuelvan a repicar las campanas de la dulce tragedia.
Y en ese día, en esa fecha tan poco o nada señalada por ningún calendario en la tierra, ni por ningún hecho historico o conjunción astronómica, empecé a escribir.
Empecé a escribir sobre mi propia vida, sobre mis absolutas e innegables aseveraciones, sobre todas las mentiras con las que uno se tropieza durante ese largo camino que es su mundana existencia.
Tras asimilar la idea, y sopesar bien los factores, me dije "y por qué no dejarlo en la red, para que los curiosos y fugaces ojos de mentes aventureras como la mia se dediquen a sumergirse en mis pensamientos, turbias aguas de oscuros fondos, y pueda obsequiarles con mis cambiantes emociones, estados anímicos y pequeñas confesiones con forma de narración imaginaria?". Y de esa manera, nació este pequeño rincon inmundo, alejado de toda forma de razón lógica, un esperpéntico espejo de la lasciva realidad.
y, en el dia de hoy, tan tranquilo, normal y predispuesto a nada en particular, empiezo mi singular andanza a través de la tela de araña social.
Que ustedes disfruten, por favor.