jueves, 7 de junio de 2012

Divagaciones I

2:00 AM, Otra vez. Vacío y lleno. Dos conceptos muy interesantes. Enfrentados y unidos, simbióticos y antitéticos. Algo está lleno y a su vez vacío de carencias, e inversamente, algo esta vacío, aunque lleno de ausencia. El equivalente es proporcional, y a su vez no tiene término medio. Cuando se habla de "medio vacío" o "medio lleno" estamos recortando conceptos absolutos, y deberíamos estar hablando de equilibrio de fuerzas. Ninguna de estas dos cosas puede ser a medias. O lo es completamente, o no lo es. Si una copa contiene vino hasta la mitad, la otra mitad comprenderá su ausencia, y el recipiente mantendrá el equilibrio. La mitad de lo absoluto deja de hacer referencia a lo absoluto. No hay un gris que defina la combinación de este blanco y negro. Ahora bien, pasemos de las divagaciones pseudo-academicistas a la práctica. Mi interrogante es: ¿Cuándo una persona puede considerarse plena, y cuándo puede hablarse de alguien carente de todo? ¿Realmente estos conceptos tan físicos, tan terrenales, pueden llegar a tener una abstracción metafísica, utilizable para algo tan variable como es la mente humana? La respuesta es bastante difusa, a mi parecer. Desde siempre, en la filosofía oriental han sido términos recurrentes, tratándolos para explicar el fluir de la energía, el movimiento, la lucha. El vacío y el lleno también lo podemos encontrar en la filosofía clásica griega, con Platón y los planos de existencia, lo terrenal y lo ideal, comprendiendo lo terrenal como algo vacío y lo ideal como lo contrario. Âristóteles nos hablaba de la "Tabula Rasa" y de como el ser humano va impresionando, como si de un lienzo se tratase, todo lo que le rodea, hasta llegar a obtener la sabiduría. Por poner ejemplos podría seguir citando pensadores que se relacionan de una manera u otra, mas vaga o mas clara, con lo que estoy diciendo. La lista sería larga, pero pasemos a lo importante. ¿Que es para una persona el vacío? ¿Acaso no consiste en ello su vida? Un vacío constante, ya que pese a vivir una vida plena, la carencia de ausencias interiores, la necesidad de lograr metas, nos lleva a él. Nos lleva a deshacernos de cosas, a despojarnos de emociones, lazos, bienes materiales, para luchar por obtener otros, por volver a tener el tonel repleto. Estamos vacíos de equilibrio, ya que siempre codiciaremos mas. Esta instintiva manera de "tapar agujeros", Provoca egoísmo pútrido, deshechos mentales, falacias miserables hacia uno mismo. ¿Por qué esa ansia por sentirse empachados, cuando al final, sin tiempo a digerirlo todo, lo vomitaremos para seguir tragando? No entendemos que lo absoluto es perfección, y la perfección es un concepto utópico, deificante. Nunca lograremos tener suficiente, ni desprendernos de todo. En resumen, sacando algo en claro de esta reflexión, debemos buscar el equilibrio, e intentar mantenerlo, entre lleno y vacío. Es la única manera de vivir una vida llena, y a su vez, vacía, pero de carencias.

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