miércoles, 25 de enero de 2012

Postales desde el infierno II

No iba a revelar nada. Antes moriría desollado o apaleado que revelar donde se encontraban los demas. Los extranjeros habían llegado haciendo alarde de una devastadora fuerza de ataque,de esas que al pulsar un botón todo quedaba reducido a cenizas.
Sabía que era asi por que lo había visto en la television. Siempre, en las películas bélicas, en las noticias, en todas partes, ellos aplastaban, asesinaban y conquistaban en nombre de una tierra llamada "libertad". Realmente la libertad era tan cara?
Y ahora, aunque pareciese mentira, estaban alli, observandolos por encima del hombro, tratándolos como escoria, bombardeando hogares sin motivo aparente. Ubayd siempre nos decia a nuestro padre y a mi que había que entregarles a los revolucionarios para que se marchasen, pero mi padre siempre se negó en rotundo a revelar donde estaban. Estaría traicionandose a si mismo, traicionando unos ideales que tantos años le costó perfeccionar. Ellos habían defendido nuestra integridad durante mucho tiempo, por qué perjudicarles ahora? Realmente no tenía sentido.
Un día, Ubayd y mi padre discutieron muy intensamente, llegando al punto en el que mi hermano se fué de casa y no volvió. Tenia la impresión de que Ubayd no iba a regresar, y si lo hacía, no sería el mismo.

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